sábado, 19 de mayo de 2012


No se como comenzar… No se como explicarlo… Solo se que estoy cansado. Estoy harto de todo esto que me rodea. Estoy cansado de está sociedad que te arrastra y te atrapa con sus enormes garras, hasta hacerte caer en el juego del comercio. Recuerdo que cuando era niño estás cosas no sucedían o por lo menos no eran tan destacables. Ni eran el centro en el pensamiento de los individuos que conviven contigo. Yo era un hombre legal. Vivía para mi trabajo y para mi familia, pero un día sin casi darme cuenta comencé a consumir, hasta convertirse prácticamente en un vicio. Ya no podía dejarlo, ese es el momento en que me sentí acorralado y ahora me siento descontroladamente incapaz de dejarlo. Incluso me siento ridículo, se que las cosas no están bien y que no estoy logrando nada con ello. Sé que yo ya lo he perdido todo.
Mi familia y yo nos trasladamos de Washington a Beverley Hills y todo parecía ir sobre ruedas. Yo encontré un trabajo muy bueno y mi familia sin dudarlo una y otra vez, se vinieron a vivir conmigo. Eso produjo en mí una gran motivación para realizar todo mi trabajo, día a día. Tenía un motivo y una causa para estar encerrado en ese edificio, trabajando con gente desconocida y bastante superficial. Me sentía un poco incomodo los primeros días, pero luego me fui adaptando y mi representación mental fue cambiando contundentemente. No sé si fue porqué poco a poco yo me fui adaptando a ellos y me deje llevar sus costumbres hasta convertirme en uno más o si mi representación mental sobre ellos era incorrecta. Poco a poco me fui haciendo amigos de ellos y me resultaron muy interesantes e incluso agradables. Siempre tenían la costumbre de irse en grupo a un bar a tomarse unas copas después del trabajo. Un día me invitaron para marcharme con ellos y les dije que no, que me quedaría trabajando. Pero en ese momento me arrepentí. ¿Qué pasaría si esa fuera la mejor oportunidad para integrarme con mis compañeros del trabajo? E inmediatamente lo guarde todo y baje corriendo las escaleras y les dije que me iba con  ellos. Así fue como comenzó todo. Entre ellos había los que querían olvidar su pasado, los que querían mantener su imagen, los que les gustaba irse para encontrar alguien con quien realizar carantoñas y los que iban para divertirse unas horas. Al principio pensé que yo no tenía ningún motivo para estar allí o que simplemente pertenecía también al grupo de los que querían divertirse unas horas para despejar de lo agobiante que es estar en la oficina, repleto de papeles…
Después comencé a caer, incluso a creer que tenia muchos motivos para estar deprimido, beber tanto… hasta perder la consciencia. Así comencé a hacerlo, sucesivamente. Llegaba a casa ebrio, pero de lo que sucedía en esos momentos o de lo que hacia, no lo recuerdo. Al día siguiente mi mujer siempre estaba enfadada y no me dirigía la palabra por días. Pero nunca le tuve compasión, nunca le hice caso… Un día amanecí en el calabozo y eso fue lo que colmo el vaso. Mi mujer y mi hijo se fueron a vivir con mi suegra los primeros meses, hasta que mi mujer se estabilizo. Al principio me importo muy poco, con el paso del tiempo empecé a preguntarme por qué motivo se comenzó a pudrir todo hasta llegar a acabar en la calle, sin familia, sin trabajo y sin nada.
Esa es mi historia. Puede ser similar a la de otros muchos más, puede ser diferente, puede haber de peores o de mejores. Pero juntos deberíamos de acabar con esto. Ustedes los empresarios, vendedores, operarios…
¡Mentes! ¡Actívense! Nada de esto es bueno…
Terminemos con lo que comenzamos una vez, no tratéis de olvidar las cosas con una bebida. Empezad a ser individualistas, libres, a pensar en vosotros y en lo que tenéis. Al principio notarás que con la bebida puedes olvidar las cosas malas que te han sucedido… Pero después de caer tan bajo como lo hice yo, sentirás que esos momentos de tratar de olvidar con el alcohol, fue tiempo perdido e incluso te pesará más en los años cuando un día despiertes y te des cuenta que cometiste errores muchos más grandes y que tu mismo fuiste la causa de que tu vida fuera consumida más rápido que un simple sahumerio.


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