Te escribo esto porqué estoy
exhausto.
Posiblemente no comprenderás
porqué te lo estoy diciendo o tal vez lo hayas percibido al recibir mi carta. Pero
hay bastantes desentendimientos que me gustaría aclarar. Entre nosotros hay una
cierta lejanía, porqué para ti mis decisiones son realmente garrafales. Lo que
para mí son bastante desgastantes, dolorosas y humillantes. No puedo expresarte
lo que siento sin que te alteres cuantiosamente. Pero la verdad es que me
cuesta mucho tener que hablarte de ello, siendo yo mismo, hablándolo de la
manera más sensata y tranquila. Solo deseo que entre nosotros no se creen
tensiones, desacuerdos u odios.
Ya no puedo permitirte más que me sigas
comparando con los demás. Por tacharme por amar libremente, por considerarlo
pecado. No puedo obligarte ni pedirte que hagas las cosas como yo las desearía.
Debe ser por voluntad propia. Si alguna vez me quisiste… ¿Por qué no ahora? No
me duele que los demás me consideren sinvergüenza, pues más me duele tu
ausencia y que tú lo consideres también como un delito sin absolución. No me
compares con los demás delante de la gente, para demostrar que estas indignado
por mi decisión, que no la aceptas y que compartes las mismas ideas que los
mismos que me llevan a la esclavitud como castigo y penitencia. Ante la
sociedad soy un sinvergüenza.
El desprecio de la sociedad no me
importa, sino la distancia que estas engendrando entre los dos. No me compares
con mis hermanos, cuando les haces lucir me haces sufrir. Cuando te cuento mis
problemas, no los invadas. No hagas cómo que no existen, trata de comprenderme
y ayudarme. Déjame valerme por mi mismo, por mi persona, mí carácter y mis ideas,
no por mi manera de querer a los demás y
a quien yo deba amar. No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga
por ti, para aparentar algo que no soy. Pues te importa mucho más el que dirán
que el amor que me puedes dar.
Déjame enseñarte que yo también
puedo y sé amar sin causar daño. Déjame decirte que te quiero, porqué eres mi
padre. Sólo te pido que me aceptes como soy y que me liberes de estas cadenas
que arrastro desde la adolescencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario