DERROCHANDO UN SUSPIRO…
¿Qué es lo primero que se les enseña a los hijos?
Les saturamos la cabeza de palabras, que son muy fáciles decirlas y que no tienen ningún valor, no por el hecho de la palabra, sino por el valor que nosotros mismos les damos a su significado. Nosotros mismo construimos palabras maravillosas que son dignas de admirar, pero no les damos el valor que se merecen marcando ejemplo. La humanidad es una masa de perversidad e hipocresía. Tratamos de marcarlo y dejarlo en los libros cómo algo que no es. Considerablemente en los libros de historia solemos encontrar millones de guerras que han combatido millones de guerreros dispuestos o no a luchar a favor de su patria y siempre esta marcado que en la batalla siempre hay un ganador y un perdedor. ¿Alguna vez antes de luchar y destruir vidas pensamos que estábamos dispuestos a destruirlo todo por un trozo de tierra, que el día de mañana ya no será nuestro sino de otros? ¿La mejor manera de amar a los tuyos, es hacer sufrir a los demás para obtener un beneficio, que cuando mueras no puedas llevártelo contigo?
Imponemos a nuestros hijos que reciclen y que no malgasten el papel, pero en navidad en más de 8.000 casas se regalan muñecas “Barbie” y en consecuencia se deforestan millones de árboles en Indonesia, el hábitat de millones de animales que están en peligro de extinción, simplemente para que ella pueda tener una bonita caja de cartón y sea muy llamativa para promover el comercio. Malgastamos mucho dinero en un objeto para mantener entretenidos a nuestros hijos y de cierta manera mantener un suspiro de alivio para no tener que cargar con la carreta o para no oírles dar la lata durante unas largas horas, cuando te mantienes ocupado con cosas muchos más importantes que la propia educación de los del mañana. También algo muy típico, es que se suelen regalar animales, que en muchos casos sus amos no asumen las responsabilidades a las que se sometieron y prometieron hacerse cargo y que realizarían. Estos seres vivos que forman parte de nuestra vida y que son el hecho por el que hoy estamos aquí y por el que nos mantenemos actualmente, sus descendientes o ellos mismos han sido trasladados a otros continentes y países, que en consecuencia de esto se les ha sido privada para siempre su libertad, la que descaradamente proclamamos e imponemos a los demás que debemos tenerla por encima de todo, que durante tantos años ha sido difícil de hallar y que ahora por fin la tenemos, aquella libertad que se nos había sido privada por las guerras, el machismo o por las ideas de vida de aquella antigua época, etc. Nos sentimos muy democráticos porqué dejamos que los demás individuos sean dignos de libertad. Por esa misma razón, ante la sociedad, somos unas maravillosas personas.
Solemos enseñarles a nuestros hijos que cuiden la natura que les rodea y que sean concientes del cambio climático y que por lo tanto, debería preocuparles mucho, pero contradictoriamente nosotros ponemos ejemplo y para realizar trayectos cortos cogemos el coche para hacer un viaje de 2 minutos en el vehículo, con lo cual caminando serían 5 minutos, para evitar la acumulación de dióxido de carbono en la atmosfera. Alimentamos a nuestros hijos por falta de tiempo con alimentos congelados que consumen diez veces más energía que los alimentos frescos.
Les enseñamos a que sean buenas personas y respetuosas con los demás, que nunca hagan a los demás lo que no quieren que les hagan. Es una frase típica y muy popular que siempre se ha dicho desde que soy conciente, pero detengamos la lectura unos minutos y reflexionemos. ¿Alguna vez has hecho algo que sabes que le afecta excesivamente a un individuo, pero no has dejado de hacerlo porque simplemente te da gusto? Al fin y al cabo, más de un millón de personas sufren en el mismo momento un acto violento, tanto físico como psicológico, que a muchos de ellos les conlleva a una depresión emocional y que los colocan en contra de a lo que les ha herido, causando algunos daños mayores. Aún estando en el siglo XXI cuántas veces han sido discriminados o ofendidos por un conjunto de palabras que ha desembocado un solo individuo en un instante. Acusamos, juzgamos a los demás sin antes conocerlos y a veces no simplemente se conoce a una persona tal y como se muestra, porque tal vez no es así, porque vivimos cambiando de mascara, una y otra vez, nuestro animo y ámbito social es el que lo cambia, sin olvidar el consentimientos que nosotros aceptamos para producir este cambio.
No estamos dispuestos, ni tenemos el valor o las agallas para afrontar las consecuencias y de una vez por todas conjuntamente obtener un bien para nosotros y para los próximos. Tampoco debe de actuar o hacerlo un solo individuo, porqué no es una sola mente la que debe cambiar, sino que debemos hacerlo conjuntamente para evitar desgracias peores a las que estamos viviendo o viviremos. Individualmente mantenemos y alimentamos el egoísmo en nuestro interior y nos cegamos pensando “lo mejor para mí”, pero todos estos anteriores factores nos pueden provocar desgracias futuras sin posibles soluciones agradables.
Por qué no podemos aprender a cuidar nuestro planeta, el medio ambiente, no maltratar más animales, no permitir y ocasionar una guerra sabiendo que muchos niños que son el futuro y adultos pasaran hambre, que estos niños posiblemente queden huérfanos, sin metas, sin posibilidades, sin estatus… Muchas personas sufrirán por haber perdido a un simple guerrero en una batalla, estamos hablando de perder millones de vidas, en una fracción de segundo. ¿No podemos evitarlo?
¿Cuántas veces has sufrido desgracias que nunca te llegaron a ocurrir? Nos ahogamos en un vaso de agua, por problemas insignificantes que pueden afectarnos en un determinado momento de nuestra vida y no por el que puede afectarnos el resto de nuestra vida y de los que habremos engendrado.
A lo largo del video mantendremos una reflexión y apostaremos a que ciertas cosas son muy ciertas y que debemos hacer algo para impedirlo, pero al acabar, las ideas que hemos mantenido al principio, en algunas personas se mantendrán y no harán nada al respecto y en otros se desvanecerán. Los segundos y el ritmo de la vida continuaran como en muchas horas atrás. Porqué los humanos reflexionamos dejándonos influenciar, pero no actuamos por falta de afán a amar lo que nos mantiene en vida, respetando la naturaleza, los animales y aprender a vivir cordialmente con los individuos que nos rodean.
¿Realmente deseas ofrecerles este mundo a tus hijos?
O empezaras a hacer algo para cambiarlo…
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