viernes, 27 de abril de 2012

¿Cómo amar a una mujer?

IRA

 Así es cómo todo siempre comienza…
Te encuentras serenamente, puedes estar hablando con una persona lo más bien y de repente, este mismo individuo, que esta haciendo de emisor escupe de su boca palabras que tu cerebro o el suyo las interpretan mal o no estas de acuerdo con lo último que ha dicho.  De repente se producen malas vibras entre ambos y este es el momento en que comenzáis a discutir, pero sin alzar mucho la voz. Seguidamente sientes una gran presión por dentro, sientes que vas a estallar, sientes que no puedes más… Ya no puedes soportar una critica más y mucho menos los defectos que te hecha en cara… La sangre recorre un metro por segundo en la carótida, sientes mucha rabia y necesitas desahogarla, pero no optas por los actos físicos, mantienes la calma. Aunque por dentro desearías hacerlo. Tratas de olvidar lo último que ha dicho, son palabras que han surgido de un acto impulsivo, solamente para hacer daño o simplemente las ha dicho para defenderse y tener algo como soporte y argumento por decir en contra tuya.

Lo entiendes y no puedes provocar que después de lo sucedido, esto vaya a más, le pones un freno y es cuando pides perdón por lo que has dicho.  Reconoces que has actuado mal, te arrepientes sinceramente de lo que has hecho y tratas de evitar la repetición, la abrazas y a medida que va pasando el tiempo vas corrigiendo tus defectos.

Es un cambio que depende de ti y no de los demás, ahora decides tú.
¿Seguirás jugando a soplar la llama del amor?










LO LLIT D’ESPINES
JACINT VERDAGUER

In lectulo meo per noctes quæsivi quem diliget
anima mea; quæsivi illum, et non inveni

En mon llit de flors
mon llavi l’estima;
no l’estima, no,
que sols ho somia.
Si l’amor no hi ve,
jo m’hi moriria.
Si l’amor no hi ve,
jo m’hi moriré.

Lo cerquen mos braços,
mon gemec lo crida;
«L’Aimador, on sou,
manadet de mirra?
Digau-m’ho, si us plau,
si voleu que vinga.
No té son mon ull
quan lo braç no us lliga,
quan Vós ne fugiu
ja és lluny l’alegria.
Sortiré a cercar-vos
com cerva ferida
que cerca la font,
la font d’aigua viva.»
Ja troba els armats
que vetllen la vila:
«Me l’heu vist, o no,
l’Amor de ma vida?»
M’han pres lo mantell,
lo mantell de viuda,
i ab ses mans cruels
m’han esmortuïda;
mes, ai!, de sos cops
ja no me’n sentia,
que em lleva el dolor
més suau ferida.
Un xic més enllà,
gemegar oïa.
Lo veig en la Creu
on cridant-me expira,
clavats peus i mans,
lo cap entre espines.
Gemegor que fa,
jo prou l’entenia.
Si l’Amor no hi ve,
jo m’hi moriria.
Si l’Amor no hi ve,
jo m’hi moriré.
Quan lo veig morir,
lo meu cor sospira;
m’abraço a la Creu
com un cep de vinya.
«Jesús, ja no em plau
lo llit que em plaïa:
vos l’he fet de flors
i el voleu d’espines;
si al vostre em voleu,
també hi dormiria,
clavats peus i mans,
lo cap entre espines,
i una llança al cor
que em lleve la vida.»




VORA LA MAR
JACINT VERDAGUER

Al cim d’un promontori que domina
les ones de la mar,
quan l’astre rei cap al ponent declina,
me’n pujo a meditar.

Ab la claror d’aqueixa llàntia encesa
contemplo mon no-res;
contemplo el mar i el cel, i llur grandesa
m’aixafa com un pes.

Eixes ones, mirall de les estrelles,
me guarden tants records,
que em plau reveure tot sovint en elles
mos somnis que són morts.

Aixequí tants castells, en eixes ribes,
que m’ha aterrat lo vent,
ab ses torres i cúpules altives
de vori, d’or i argent:

poemes, ai!, que foren una estona
joguina d’infantons,
petxines que un instant surten de l’ona
per retornar al fons:

vaixells que ab veles i aparell s’ensorren
en un matí de maig,
illetes d’or que naixen i s’esborren
del sol al primer raig:

idees que m’acurcen l’existència
duent-se’n ma escalfor,
com rufagada que s’endú ab l’essència
l’emmusteïda flor.

A la vida o al cor quelcom li prenen
les ones que se’n van;
si no tinc res, les ones que ara vénen,
digueu-me: què voldran?

Ab les del mar o ab les del temps un dia
tinc de rodar al fons;
per què, per què, enganyosa poesia,
m’ensenyes de fer mons?

Per què escriure més versos en l’arena?
Platja del mar dels cels,
quan serà que en ta pàgina serena
los escriuré ab estels?


¿Qué crees tú?


GUILLEM DE BERGUEDÀ (1138-1192)

Cansoneta leu e plana

Cansoneta leu e plana,
leugereta, ses ufana,
farai, e de Mon Marques,
del traichor de Mataplana,
q’es d’engan farsitz e ples.
A, Marques, Marques, Marques,
d’engan etz farsitz e ples.
  
Marques, ben aion las peiras
a Melgur depres Someiras,
on perdetz de las denz tres;
no·i ten dan, que las primeiras
i son e non paron ges.
A, Marques, Marques, Marques,
d’engan etz farsitz e ples.
  
Del bratz no·us pretz una figa,
que cabreilla par de biga
e portatz lo mal estes;
ops i auria ortiga
qe·l nervi vos estendes.
A, Marques, Marques, Marques,
d’engan etz farsitz e ples.
  
Marques, qui en vos se fia
ni a amor ni paria;
gardar se deu totas ves
qon qe·z an: an de clar dia,
de nuoitz ab vos non an ges.
A, Marques, Marques, Marques,
d’engan etz farsitz e ples.
  
Marques, ben es fols qui·s vana
c’ab vos tenga meliana
meins de brajas de cortves;
et anc fills de crestiana
pejor costuma non mes.
A, Marques, Marques, Marques,
d’engan etz farsitz e ples.








viernes, 13 de abril de 2012

DERROCHANDO UN SUSPIRO…

DERROCHANDO UN SUSPIRO…
¿Qué es lo primero que se les enseña a los hijos?
Les saturamos la cabeza de palabras, que son muy fáciles decirlas y que no tienen ningún valor, no por el hecho de la palabra, sino por el valor que nosotros mismos les damos a su significado. Nosotros mismo construimos palabras maravillosas que son dignas de admirar, pero no les damos el valor que se merecen marcando ejemplo. La humanidad es una masa de perversidad e hipocresía. Tratamos de marcarlo y dejarlo en los libros cómo algo que no es. Considerablemente en los libros de historia solemos encontrar millones de guerras que han combatido millones de guerreros dispuestos o no a luchar a favor de su patria y siempre esta marcado que en la batalla siempre hay un ganador y un perdedor. ¿Alguna vez antes de luchar y destruir vidas pensamos que estábamos dispuestos a destruirlo todo por un trozo de tierra, que el día de mañana ya no será nuestro sino de otros? ¿La mejor manera de amar a los tuyos, es hacer sufrir a los demás para obtener un beneficio, que cuando mueras no puedas llevártelo contigo?
Imponemos a nuestros hijos que reciclen y que no malgasten el papel, pero en navidad en más de 8.000 casas se regalan muñecas “Barbie” y en consecuencia se deforestan millones de árboles en Indonesia, el hábitat de millones de animales que están en peligro de extinción, simplemente para que ella pueda tener una bonita caja de cartón y sea muy llamativa para promover el comercio. Malgastamos mucho dinero en un objeto para mantener entretenidos a nuestros hijos y de cierta manera mantener un suspiro de alivio para no tener que cargar con la carreta o para no oírles dar la lata durante unas largas horas, cuando te mantienes ocupado con cosas muchos más importantes que la propia educación de los del mañana. También algo muy típico, es que se suelen regalar animales, que en muchos casos sus amos no asumen las responsabilidades a las que se sometieron y prometieron hacerse cargo y que realizarían. Estos seres vivos que forman parte de nuestra vida y que son el hecho por el que hoy estamos aquí y por el que nos mantenemos actualmente, sus descendientes o ellos mismos han sido  trasladados a otros continentes y países, que en consecuencia de esto se les ha sido privada para siempre su libertad, la que descaradamente proclamamos e imponemos a los demás que debemos tenerla por encima de todo, que durante tantos años ha sido difícil de hallar y que ahora por fin la tenemos, aquella libertad que se nos había sido privada por las guerras, el machismo o por las ideas de vida de aquella antigua época, etc. Nos sentimos muy democráticos porqué dejamos que los demás individuos sean dignos de libertad. Por esa misma razón, ante la sociedad, somos unas maravillosas personas.
Solemos enseñarles a nuestros hijos que cuiden la natura que les rodea y que sean concientes del cambio climático y que por lo tanto, debería preocuparles mucho, pero contradictoriamente nosotros ponemos ejemplo y  para realizar trayectos cortos cogemos el coche para hacer un viaje de 2 minutos en el vehículo, con lo cual caminando serían  5 minutos, para evitar la acumulación de dióxido de carbono en la atmosfera. Alimentamos a nuestros hijos por falta de tiempo con alimentos congelados que consumen diez veces más energía que los alimentos frescos.
Les enseñamos a que sean buenas personas y respetuosas con los demás, que nunca hagan a los demás lo que no quieren que les hagan. Es una frase típica y muy popular que siempre se ha dicho desde que soy conciente, pero detengamos la lectura unos minutos y reflexionemos. ¿Alguna vez has hecho algo que sabes que le afecta excesivamente a un individuo, pero no has dejado de hacerlo porque simplemente te da gusto? Al fin y al cabo, más de un millón de personas sufren en el mismo momento un acto violento, tanto físico como psicológico, que a muchos de ellos les conlleva a una depresión emocional y que los colocan en contra de a lo que les ha herido, causando algunos daños mayores. Aún estando en el siglo XXI cuántas veces han sido discriminados o ofendidos por un conjunto de palabras que ha desembocado un solo individuo en un instante. Acusamos, juzgamos a los demás sin antes conocerlos y a veces no simplemente se conoce a una persona tal y como se muestra, porque tal vez no es así, porque vivimos cambiando de mascara, una y otra vez, nuestro animo y ámbito social es el que lo cambia, sin olvidar el consentimientos que nosotros aceptamos para producir este cambio.
No estamos dispuestos, ni tenemos el valor o las agallas para afrontar las consecuencias y de una vez por todas conjuntamente obtener un bien para nosotros y para los próximos. Tampoco debe de actuar o hacerlo un solo individuo, porqué no es una sola mente la que debe cambiar, sino que debemos hacerlo conjuntamente para evitar desgracias peores a las que estamos viviendo o viviremos. Individualmente mantenemos y alimentamos el egoísmo en nuestro interior y nos cegamos pensando “lo mejor para mí”, pero todos estos anteriores factores nos pueden provocar desgracias futuras sin posibles soluciones agradables.
Por qué no podemos aprender a cuidar nuestro planeta, el medio ambiente, no maltratar más animales, no permitir y ocasionar una guerra sabiendo que muchos niños que son el futuro y adultos pasaran hambre, que estos niños posiblemente queden huérfanos, sin metas, sin posibilidades, sin estatus… Muchas personas sufrirán por haber perdido a un simple guerrero en una batalla, estamos hablando de perder millones de vidas, en una fracción de segundo. ¿No podemos evitarlo?
¿Cuántas veces has sufrido desgracias que nunca te llegaron a ocurrir? Nos ahogamos en un vaso de agua, por problemas insignificantes que pueden afectarnos en un determinado momento de nuestra vida y no por el que puede afectarnos el resto de nuestra vida y de los que habremos engendrado.
A lo largo del video mantendremos una reflexión y apostaremos a que ciertas cosas son muy ciertas y que debemos hacer algo para impedirlo, pero al acabar, las ideas que hemos mantenido al principio, en algunas personas se mantendrán y no harán nada al respecto y en otros se desvanecerán. Los segundos y el ritmo de la vida continuaran como en muchas horas atrás. Porqué los humanos reflexionamos dejándonos influenciar, pero no actuamos por falta de afán a amar lo que nos mantiene en vida, respetando la naturaleza, los animales y aprender a vivir cordialmente con los individuos que nos rodean.  
¿Realmente deseas ofrecerles este mundo a tus hijos?
O empezaras a hacer algo para cambiarlo…






Abandono

No porque sea otoño los vestidos verdes están secos.
Tampoco es mera casualidad. Uno nace, se reproduce
y muere. Y yo misma descuidé el jardín.
Así somos los humanos desde tiempos inmemoriales.
Preferimos no pensar que las deudas con los años
son más difíciles de pagar.

Rosa María Villareal



LA LUNA

Cuenta la historia que en aquel pasado
Tiempo en que sucedieron tantas cosas
Reales, imaginarias y dudosas,
Un hombre concibió el desmesurado

Proyecto de cifrar el universo
En un libro y con ímpetu infinito
Erigió el alto y arduo manuscrito
Y limó y declamó el último verso.

Gracias iba a rendir a la fortuna
Cuando al alzar los ojos vio un bruñido
Disco en el aire y comprendió, aturdido,
Que se había olvidado de la luna.

La historia que he narrado aunque fingida,
Bien puede figurar el maleficio
De cuantos ejercemos el oficio
De cambiar en palabras nuestra vida.

Siempre se pierde lo esencial. Es una
Ley de toda palabra sobre el numen.
No la sabrá eludir este resumen
De mi largo comercio con la luna.

No sé dónde la vi por vez primera,
Si en el cielo anterior de la doctrina
Del griego o en la tarde que declina
Sobre el patio del pozo y de la higuera.

Según se sabe, esta mudable vida
Puede, entre tantas cosas, ser muy bella
Y hubo así alguna tarde en que con ella
Te miramos, oh luna compartida.

Más que las lunas de las noches puedo
Recordar las del verso: la hechizada
Dragon moon que da horror a la halada
Y la luna sangrienta de Quevedo.

De otra luna de sangre y de escarlata
Habló Juan en su libro de feroces
Prodigios y de júbilos atroces;
Otras más claras lunas hay de plata.

Pitágoras con sangre (narra una
Tradición) escribía en un espejo
Y los hombres leían el reflejo
En aquel otro espejo que es la luna.

De hierro hay una selva donde mora
El alto lobo cuya extraña suerte
Es derribar la luna y darle muerte
Cuando enrojezca el mar la última aurora.

(Esto el Norte profético lo sabe
Y tan bien que ese día los abiertos
Mares del mundo infestará la nave
Que se hace con las uñas de los muertos.)

Cuando, en Ginebra o Zürich, la fortuna
Quiso que yo también fuera poeta,
Me impuse. como todos, la secreta
Obligación de definir la luna.

Con una suerte de estudiosa pena
Agotaba modestas variaciones,
Bajo el vivo temor de que Lugones
Ya hubiera usado el ámbar o la arena,

De lejano marfil, de humo, de fría
Nieve fueron las lunas que alumbraron
Versos que ciertamente no lograron
El arduo honor de la tipografía.

Pensaba que el poeta es aquel hombre
Que, como el rojo Adán del Paraíso,
Impone a cada cosa su preciso
Y verdadero y no sabido nombre,

Ariosto me enseñó que en la dudosa
Luna moran los sueños, lo inasible,
El tiempo que se pierde, lo posible
O lo imposible, que es la misma cosa.

De la Diana triforme Apolodoro
Me dejo divisar la sombra mágica;
Hugo me dio una hoz que era de oro,
Y un irlandés, su negra luna trágica.

Y, mientras yo sondeaba aquella mina
De las lunas de la mitología,
Ahí estaba, a la vuelta de la esquina,
La luna celestial de cada día

Sé que entre todas las palabras, una
Hay para recordarla o figurarla.
El secreto, a mi ver, está en usarla
Con humildad. Es la palabra luna.

Ya no me atrevo a macular su pura
Aparición con una imagen vana;
La veo indescifrable y cotidiana
Y más allá de mi literatura.

Sé que la luna o la palabra luna
Es una letra que fue creada para
La compleja escritura de esa rara
Cosa que somos, numerosa y una.

Es uno de los símbolos que al hombre
Da el hado o el azar para que un día
De exaltación gloriosa o de agonía
Pueda escribir su verdadero nombre.

Jorge Luis Borges